Jugaban esta tarde Feliciano y Fernando Verdasco, pero ante el público parecían simples estatuas. La pareja formada por Llodra y Tsonga fue aplastante. Durante poco más de hora y media la pareja gala apeó a los españoles, los cuales sufrieron un tremendo correctivo. La fuerza de Tsonga y la inteligencia de Llodra se plasmó como un matrimonio de buena avenencia. Ambos jugadores se compenetraron a la perfección hasta tal punto que parecían que jugaban solos en la pista de la plaza de toros de Córdoba. A pesar del talento de los españoles, los franceses organizaron un recital de voleas simplemente espectaculares, con unos saques que ni el mejor Federer hubiera firmado. Y es que la pareja gala sacó garra y se unieron como el hierro con el carbono cuando forman Acero. Y acero del duro. El saque de Tsonga todavía resuena en los toriles de la plaza de toros, y es que hasta el marcador quería disimular con sus 187 Km/h el saque del de Le Mans el cual parecía más que nunca el boxeador al que le asocian. Los españoles se fueron cada uno por un lado, como esa pareja que discute y pasea por la calle separados unos dos o tres metros. La imagen no es la mejor que pudieron dar a un público que en todo momento estuvo entregado. Feli y Fer aprendieron ese día que en el tenis si quieres ser grande debes serlo hasta en el más absurdo detalle la presencia en la pista.
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